Para cualquier empresa conocer el posicionamiento de sus productos en el mercado, proporciona una información muy valiosa, sea cual sea la situación que ocupan.
En un estudio de benchmaking sensorial, el objetivo es comparar productos que existen en el mercado para posicionarlos, comparando y verificando si existen diferencias o similitudes organolépticas entre ellos, cuáles son esas diferencias y qué atributos suman o restan desde el punto de vista del consumidor.
Funciona como un sistema de alerta que permite identificar cambios de tendencias en los gustos del consumidor. Por ejemplo, las empresas que son líderes en un segmento, han de verificar periódicamente que sus productos se mantienen como número 1 en el ranking de preferencia sensorial.
Si hay variaciones en las tendencias este «sistema de alerta» permitirá reaccionar a tiempo para la toma de decisiones ágiles, evitando la improvisación y ahorrando costes.